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En las grandes comunidades de vecinos, los problemas de intrusión son habituales, como también lo son diversos incidentes que, sin ser una intrusión, si perturban el día a día de la comunidad, tales como jóvenes que hacen botellones, accesos indebidos o a deshoras en piscinas y zonas de juegos, pintadas en paredes exteriores, etc. En muchas ocasiones la implementación de sistemas electrónicos de seguridad (cámaras, control de acceso, alarmas,… ) no es suficiente y se requiere que una persona física vele por la seguridad de las instalaciones y de los vecinos.
Para estos casos, GRUPO ESV pone a disposición de las comunidades una plantilla formada por vigilantes de seguridad habilitados y formados para la protección de este tipo de instalaciones.
En horarios de 24 horas o simplemente en servicios nocturnos, en las horas con mayor riesgo, un vigilante de seguridad vigilará la comunidad desde una garita, visualizando los sistemas de cámara y realizando rondas periódicas por toda la instalación.
ESV es una empresa de seguridad homologada por la DIRECCIÓN GENERAL DE SEGURIDAD PRIVADA con el Nº 1762 y está habilitada para la prestación de servicios de vigilancia en todo tipo de locales.
Nuestros vigilantes han recibido formación adecuada para la prestación de servicios en comunidades y están especialmente preparados para saber gestionar la seguridad de este tipo de clientes, aunando las labores de vigilancia con un adecuado trato personal a los vecinos y visitantes.
Un completo departamento de operativa, encabezado por nuestro DIRECTOR DE SEGURIDAD, se ocupa de la protección seleccionando en cada caso al vigilante más adecuado, dotándole de los medios necesarios par el desarrollo de sus funciones, así como garantizando el servicio prestado mediante una serie de sistemas de control como pueden ser:
Cada servicio es diferente. Cada comunidad tiene sus propias características, diferentes tipos de zonas dentro de la comunidad, diferentes tamaños e instalaciones,…
En ESV nos adaptamos a las necesidades de cada comunidad de vecinos.
La primera acción es confeccionar un estudio de necesidades de las comunidades, las instalaciones y sobre todo conocer sus puntos débiles.
Con esta información se prepara un PROTOCOLO DE ACTUACIÓN en el que se prepara la actividad de los vigilantes, las zonas donde ubicarse, las rondas a realizar, los periodos de visionado de cámaras, etc.
En este PROTOCOLO se incluyen también las acciones que se espera de los vigilantes en caso de producirse una incidencia, un robo o un altercado.
En un servicio de vigilancia, nada debe quedar a la improvisación. Por suerte la inmensa mayoría de incidencias que pueden ocurrir en una comunidad son previsibles y por lo tanto se pueden poner medios para minimizar la repercusión que tengan en el cliente.
La asistencia periódica de los inspectores junto con las otros herramientas que pueden ser incorporadas al servicio (partes de trabajo, sistemas de fichajes, instalación de sistemas de cámaras, etc) nos permitirán que el servicio de vigilancia en sus instalaciones sea un éxito con un elevado porcentaje de éxito en sus intervenciones.